Así como existe abundante bibliografía sobre diversas
técnicas artísticas, también proliferan los cursos, talleres y seminarios donde
aprenderlas, a los que actualmente también se suman una infinidad de tutoriales
y hasta programas de TV que le permiten al interesado alcanzar resultados
instantáneos.
Ocurre que, en su anhelo de aprender, los interesados
persiguen los resultados inmediatos que estos tipos de cursos técnicos les
proporcionan. De modo que, en un seminario de apenas tres o cuatro días o, inclusive, de
algunas horas, cualquier persona puede asimilar y aplicar una determinada
técnica.
Es por este motivo que, muy especialmente en el
ámbito de la artesanía y del mosaiquismo, proliferan los seminarios y los
cursos, dónde se enseñan diversos tipos de técnicas. Recursos técnicos que le
proporcionan al interesado las habilidades necesarias para realizar objetos
decorativos, todo tipo de manualidades o productos artesanales. En estos cursos
técnicos se aprende desde como cortar y pegar los mosaicos, cerámicas,
venecitas o un trozo de madera, elaborar distintos tipos de texturas, relieves,
confeccionar un tutor para el jardín, hasta como empastinar una mesa, un espejo
o un mural.
Si por un lado proliferan los cursos de técnicas, por
otro lado escasean los cursos sobre los principios que fundamentan las artes
visuales. Pero, entonces, ¿En qué consiste la diferencia entre técnicas y fundamentos?
Las técnicas
Aquello a lo que comúnmente denominamos TÉCNICA no es
otra cosa que un conjunto de procedimientos o recursos que se adquieren por
medio de la práctica y que solamente requieren de cierta habilidad para
realizar determinado oficio, ejecutar determinada tarea, manejar una máquina,
herramienta o cualquier dispositivo tecnológico, bien como la utilización de
distintos materiales y sus múltiples procedimientos o aplicaciones. Así, cuando
en artes plásticas hablamos de fresco, bajorrelieve, mosaicos, acuarela, acrílico,
óleo, pastel, carbonilla, etc., hacemos referencia a las distintas técnicas.
Por ejemplo, cuando a alguien se le enseña a utilizar
una herramienta para cortar mosaicos en círculos, de diversos colores, y a cómo
pegarlos sobre determinada superficie, se le está enseñando una técnica, pero
esta técnica no le permitirá crear por sí sólo, solamente podrá reproducir lo
aprendido. Es decir, a cortar y a pegar otros redondeles de colores. Lo mismo
ocurre cuando se nos enseña, por ejemplo, el bajorrelieve o cualquier otra
técnica.
Si bien es innegable que todo proceso técnico es
válido ya que nos permite producir bienes y servicios o, por lo menos, nos
ofrece una terapia ocupacional alternativa; también es verdad que, por sí sola,
la técnica no es arte ni nos proporciona resultados artísticos. Y esto se debe
a que los procedimientos técnicos carecen o prescinden de los principios que
fundamentan el lenguaje visual.
Los fundamentos
del lenguaje visual
Se denomina FUNDAMENTOS al conjunto de principios de
un sistema de conocimientos. Por ejemplo, los principios que rigen la
organización del lenguaje -en cualquier escrito- son los fundamentos de la
gramática, sin los cuales sería imposible leer y escribir. Aquellos principios que se aplican en el arte
de organizar y de combinar los diferentes sonidos, melodías, armonías,
silencios y ritmos, etc., son los fundamentos de la música. Por su parte, las
artes plásticas o visuales se basan en los fundamentos del COLOR y de la FORMA.
Así como no existiría literatura si no se conoce la gramática, sin el
conocimiento del color y de la forma habrá expresión pero sin arte.
Del mismo modo que para ser escritor necesitamos conocer los
fundamentos de la lengua escrita, para ser artista es imprescindible conocer
los fundamentos del arte, es decir: el color y forma. Esto equivale a afirmar
que el hecho de manejar técnicamente una computadora -es decir conocer todos
sus recursos técnicos- si desconocemos los fundamentos de la gramática sólo
podremos copiar otros escritos, pero difícilmente podremos crear un texto por
nosotros mismos.
Es muy habitual que quienes se inscriben en seminarios y cursos,
como muchos de los que enseñan, ignoren la enorme diferencia entre los
fundamentos del lenguaje visual y las diversas técnicas. Aunque las técnicas no
sean otra cosa que un conjunto de procedimientos o recursos que se adquieren
por medio de la práctica y que solamente requieren de cierta habilidad, generalmente
se usa ese vocablo para designar a todo lo referente a las artes visuales,
confundiéndolo inclusive con estilo o lenguaje.
De modo que al desconocer la diferencia entre estos dos
conceptos tan distintos, se hace difícil convencer a los interesados sobre las
ventajas que tienen los cursos de color o de dibujo -es decir de fundamentos-
sobre los cursos de técnicas, aunque en el primer caso los interesados
absorberán conocimientos básicos con los que podrán comenzar a crear y a
valerse por sí mismos. Esto también se debe el hecho inmediatista de que, tanto
para quienes enseñan como para los que aprenden, lo aparente, lo visible y lo
instantáneo siempre les resultará más atractivo, aunque no les proporcione
ninguna ventaja.
Así, para quienes desconocen estas diferencias y desean
resultados a corto plazo, en lugar de llevar consigo conocimientos, aunque en
lo inmediato sean impalpables e inmateriales, pero mucho más valiosos, siempre
es más atractivo, y sobre todo visible,
finalizar un curso llevándose una "obra" acabada (con derecho
a fotos en las redes sociales), que luego será colgada en la pared de cocina y
que a menudo es realizada por el "maestro", quien cobra más por
realizar los trabajos de los alumnos que por enseñar. Recordemos que nadie
enseña aquello que ignora.
Claro que se puede hablar de la enseñanza de técnicas para
escribir cuentos o para realizar obras arte, pero en el caso de los talleres de
técnicas para cuentos se sobreentiende que el interesado en participar está
mínimamente alfabetizado, conoce los fundamentos básicos del lenguaje escrito,
es decir: saber leer y escribir. Lo mismo vale para quienes aspiren a realizar
un taller de arte: deben conocer los fundamentos del lenguaje visual.
Aunque no se ve, el conocimiento del lenguaje visual es más
valioso porque al aprenderlo lo podemos aplicar toda la vida, mientras que las
técnicas, que sí se ven, son útiles apenas para unas pocas aplicaciones.
El artista crea a partir del conocimiento del
lenguaje visual, no de las técnicas. Conociendo la técnica, cualquier persona
podrá pintar o realizar un mural, pero si desconoce los principios que
fundamentan la forma y el color será incapaz de crear algo estéticamente
agradable. Si tradujéramos una obra en porcentajes, el dominio de la técnica
constituiría en apenas un 5 por ciento de toda creación artística, mientras que
el 95 por ciento restante radica en el conocimiento de los fundamentos del
lenguaje visual. Así, el valor artístico de las obras no reside en las técnicas
empleadas sino en los fundamentos.
De modo que solamente aquellos que comprendan las diferencias
existentes entre estos dos conceptos, en lugar de elegir seminarios de técnicas
optarán por un curso de fundamentos.
Miguel Hachen | Neoguaraní