viernes, 23 de septiembre de 2011

Encuentro Nacional de Muralismo en Mar del Plata: jornada exitosa que nos lleva a la reflexión


Del catorce al 18 de setiembre de 2011, en el marco de la IV Cumbre Iberoamericana de Cultura que se realizó en la Ciudad de Mar del Plata, se llevó a cabo un Encuentro Nacional de Muralismo.

El evento que culminó con mucho éxito, fue organizado por el Movimiento de Arte Comunitario y la Secretaría de Cultura de la Cooperativa Eléctrica de Estación Camet, tuvo como coordinador al amigo Juan Carlos Castro quien, junto a un espléndido grupo humano, fueron excelentes anfitriones. Situados a lo largo de la plaza San Martin, más de 70 artistas de diversas provincias argentinas realizaron allí sus obras, las que luego serán dispuestas en diferentes instituciones públicas de esa ciudad.

Presupuestos desiguales: ¿muralismo o música nacional?

No nos debe sorprender que, si bien la Cumbre Iberoamericana de Cultura contrató a importantes artistas de la música nacional tales como Teresa Parodi y León Gieco, la convocatoria de los recitales fue igual o menor al del encuentro de muralismo. La gran diferencia radica en los costos que se manejan para realizar uno y otro evento. El desembolso para llevar, por ejemplo, a Teresa Parodi es infinitamente superior al presupuesto que se maneja para convocar a 70 muralistas.

Mientras que los cantautores reciben sumas millonarias para realizar recitales efímeros, a los muralistas, apenas se les concede el transporte, el hospedaje, la alimentación y un certificado. No se cuestiona la abultada cantidad de dinero que se les abona a los músicos, ni se afirma que no lo valgan, lo que se objeta es que a los muralistas, quienes dejan una obra perenne en cada encuentro, no se les abona por su labor.

Estimo que las entidades públicas que se benefician con este tipo de eventos, ampliando el patrimonio artístico de sus comunidades, deberían considerar seriamente la posibilidad de abonar, además de la locomoción, el alojamiento y la alimentación, un valor justo por cada obra realizada. No está de más recordar que los muralistas son trabajadores del arte y muchos de ellos viven de su oficio.

Miguel Hachen | Neoguarani


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