miércoles, 17 de marzo de 2010

Neoguarani

Desde tu inocencia rebautizo la existencia de lo eterno,
Lo nombro con antiguas palabras nuevas.
Lo renuevo para que florezca en tus manos
Infinito y leve como el cuenco de la neblina.
Me consagro en lo sagrado, en lo intangible de las raíces
Y, hace siglos, busco la tierra sin males en las formas y colores
Del suelo ancestral cobijado por el fuego inextinguible del tayí.
Bajo la protección del yaguar verdadero y otros espíritus celestiales
Yo, el más salvaje, me apropio de los colores resplandecientes
Del Maynumby y me adueño de las Ñe’é porá para nombrarte.
Renuevo los bellos adornos y me adentro en la ancestralidad
Que heredé de la selva y de los ríos, del tekoha natural que es tu paisaje,
Suelo al que pertenezco y que jamás fue mío.
Registro tu cuerpo y tu alma al desnudo y los cubro para descubrir,
Una y otra vez, la belleza de tu poesía negada.

Miguel Hachen | Neoguarani


Jaguareté hú | © Miguel Hachen

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